sábado, 28 de diciembre de 2013

Carmina XLV

Desposados, Frederic Leighton (h. 1881-1882)

Acmen Septimius suos amores
tenens in gremio 'mea' inquit 'Acme,
ni te perdite amo atque amare porro
omnes sum assidue paratus annos,
quantum qui pote plurimum perire,
solus in Libya Indiaque tosta
caesio ueniam obuius leoni.'
Hoc ut dixit, Amor sinistra ut ante,
dextra sternuit approbationem.
At Acme leuiter caput reflectens
et dulcis pueri ebrios ocellos
illo purpureo ore suauiata,
'sic' inquit 'mea uita, Septimille,
huic uni domino usque seruiamus,
ut multo mihi maior acriorque
ignis mollibus ardet in medullis.'
Hoc ut dixit, Amor sinistra ut ante,
dextra sternuit approbationem.
Nunc ab auspicio bono profecti
mutuis animis amant amantur.
Vnam Septimius misellus Acmen
maluuit quam Syrias Britanniasque:
uno in Septimio fidelis Acme
facit delicias libidinisque.
Quis ullos homines beatiores
uidit, quis Venerem auspicatiorem?


Gayo Valerio Catul0
(Siglo I a. C.)

  
Versión al castellano de Un poema cada día

Teniendo Septimio a Acme, su amor,
en el regazo, dice: "Acme mía,
si no te amo desesperadamente
y dispuesto no estoy a amarte con constancia
todos los años en el porvernir,
como para ser capaz de perecer,
vaya solo a Libia y a la abrasada India,
expuesto al león de azulverdosos ojos."
He aquí lo que dijo; el Amor,
como antes a la izquierda, a la derecha
estornudó en señal de aprobación.
Por su parte, Acme, inclinando apenas
la cabeza, y habiendo besado
con su purpúrea boca los embriagados ojillos
de su dulce niño, dice: "Septimillo,
vida mía, sirvamos siempre
a este único señor, para que, así,
su llama, mucho mayor y más ardiente,
me abrase en las tiernas entrañas."
He aquí lo que dijo; el Amor,
como antes a la izquierda, a la derecha
estornudó en señal de aprobación.
Ahora, habiendo empezado con buen presagio,
aman y son amados en sus mutuos corazones.
El pobre Septimio prefiere a su única
Acme más que a las sirias y britanas;
y la fiel Acme encuentra las delicias
de su deseo en su único Septimio.
¿Quién vio personas más dichosas,
quién, más consagradas por los auspicios 
a Venus?

viernes, 20 de diciembre de 2013

Habrá poesía

           La Argentinita, Julio Romero de Torres (1915)

Mientras la Argentinita canta con voz de calandria acompañada
     al piano por Federico,
y caminan poco a poco las estrellas llevándose la mano al pelo al
     pasar por sobre el pozo.
Mientras Elisa tome un helado y yo sienta frío en la espalda
y continúe trayendo y llevando maletas, jabas, cestos, escapula-
     rios
y demás chirimías.
Mientras escribo a mi madre una de mis últimas cartas, ignoro si
     por la proximidad de mi muerte o el tiempo que le reste de
     vida.
Mientras Fernanda no se serene y vista de hermosura y luz del
     Caribe
y tú me esperes vestida de blanco con una cinta me atrevo a decir
     que malva,
mientras haya en el mundo primavera,
habrá caminos, y barricadas, y grandes nubes luminosas, y aquí
termino.

Blas de Otero
(Hojas de Madrid con La galerna, 1968-1977)

domingo, 15 de diciembre de 2013

Baladilla de los tres ríos

             Vista del río Guadalquivir, Manuel Barrón y Carrillo (1854)
                                                                                A Salvador Quintero
    El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos.
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.
 

    ¡Ay, amor
que se fue y no vino!


    El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada,
uno llanto y otro sangre.

    ¡Ay, amor
que se fue por el aire!


    Para los barcos de vela
Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
solo reman los suspiros.

    ¡Ay, amor
que se fue y no vino!


    Guadalquivir, alta torre
y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques.

    ¡Ay, amor
que se fue por el aire!


    ¡Quién dirá que el agua lleva
un fuego fatuo de gritos!

    ¡Ay, amor
que se fue y no vino!


    Lleva azahar, lleva olivas,
Andalucía, a tus mares.

    ¡Ay, amor
que se fue por el aire!


Federico García Lorca
(Poema del cante jondo, 1921)

viernes, 6 de diciembre de 2013

XXVII


               Nelson Mandela (1918-2013)/Wikimedia Commons

Me has dado la fraternidad hacia el que no conozco.
Me has agregado la fuerza de todos los que viven.
Me has vuelto a dar la patria como en un nacimiento.
Me has dado la libertad que no tiene el solitario.
Me enseñaste a encender la bondad, como el fuego.
Me diste la rectitud que necesita el árbol.
Me enseñaste a ver la unidad y la diferencia de los hombres.
Me mostraste cómo el dolor de un ser ha muerto en la victoria de todos.
Me enseñaste a dormir en las camas duras de mis hermanos.
Me hiciste construir sobre la realidad como sobre una roca.
Me hiciste adversario del malvado y muro del frenético.
Me has hecho ver la claridad del mundo y la posibilidad de la alegría.
Me has hecho indestructible porque contigo no termino en mí mismo.


Pablo Neruda
(Canto general, 1950)
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